bien el tapon en mi cerebro y el canal que decanta mi sangre sigue aqui. aun viendo que mis plegarias no son escuchadas, mucho menos contestadas, sigo orando al beneplacito del destino, a que me escuche en una, aunque sea, complaciente mirada, escribiendo en papel por la lujuria de saber en que termina mi historia me mantengo a diario y veo que este rincon ya no le pertenece a nadie, no es de nadie ni nadie lo ve formarce. por mucho tiempo le di bocanadas de aire por movimientos ajenos a mi rasonamiento, tantas otras le dedique lecturas a mi favor por el solo hechod e recordarme en la historia que estaba siendo parte.
el tapon de mi cerebro y la canaleta de sangre en la bifurcacion hacia mi corazon, construyen lo que es ahora la muralla del lamento, lamento por perder siempre, por lamentar constantemente, por simplemente dejarte al olvido y esperar a que sin modo alguno renascas desde las cenisas que una vez tubo ese fuego que a ambos nos abrazo.
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